Suceso
En 1991 el volcán Pinatubo (Filipinas) entró en actividad. En una aldea a escasos Kilómetros vivían Liza Pempe y Yula Sobreno Pempe. Madre e hija se dedicaban a la repostería en su localidad.

Evacuación
Cerca de allí, en la base aérea americana de Clark, se encontraba un grupo de científicos del Programa de Asistencia de Desastres Volcánicos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) que al registrar en sus monitores sísmicos una sobreactividad alertaron a la población de las aldeas filipinas para evacuar la zona.
Dado que aun no existían manifestaciones evidentes de una inminente erupción en la superficie, la mayoría de la población no escuchó las advertencias de los científicos americanos salvo un pequeño grupo de vecinos que fue alojado en Clark. Entre esas personas se encontraban Liza y Yula.

El descubrimiento
Una vez allí, Liza y Yula encontraron una inesperada limitación a la hora de realizar sus postres. No disponían de extracto de vainilla para realizar recetas como el leche flan. Siendo inviable su retorno a la aldea, a Liza se le ocurriría añadir algunos miligramos de refresco de cereza en sustitución del extracto de vainilla. Los americanos aborrecían dicha bebida ya que era una constante de abundancia en la base y Liza encontró en ello un recurso inagotable para sus postres. Con el tiempo los postres de Liza fueron popularizándose por su exquisitez y por su peculiar característica, un sabor diferente que los hacía únicos.


La marca
Tras décadas de exito y reconocimiento de estas recetas tan especiales Sersie, hija de Yula y nieta de Liza, decide crear un establecimiento en Madrid para realizar los postres que su madre y abuela crearon y popularizaron en Filipinas. 
Dándoles una identidad y creando esta singular marca, que ofrece un producto que nace de una base tradicional y aporta una esencia especial que lo hace único.​​​​​​​
Volver arriba